Que es un psicomago?
Un psicomago es un
artista sanador que trabaja con la intuición, por eso no hay “actos
tipo”, ni un “supermercado de la psicomagia”.
Es
cierto que a veces, podemos oír o leer actos que han realizado otras personas y
que algo resuene en nuestro interior, decidamos repetirlo y finalmente logramos
el objetivo esperado.
También
uno puede experimentar la autopsicomagia, con actos bellos que nos dicte
nuestro sabio interior.
No
debemos prohibirnos algo que nos hace bien.
La
solución psicomágica abarca un área infinita de posibles conflictos a sanar,
desde curar una adicción, hasta hacer desaparecer las verrugas, pasando por
conseguir llegar al orgasmo, prosperar económicamente o filmar una primera
película.
No son las palabras las
que curan, sino los actos.
El
acto psicomágico moviliza nuestra psiquis profunda y nos hace tomar conciencia
a todos los niveles, incluido el instintivo.
El
objetivo del mismo es que la nueva información quede grabada en el cuerpo.
El
psicomago, en palabras de Alejandro Jodorowsky, es un terapeuta que para sanar
utiliza sin ninguna superstición ni superchería las técnicas de la magia.
Cristóbal
Jodorowsky se define como una especie de “chamán urbano” que mezcla todos los
elementos simbólicamente, con el único propósito de ser útil y de poder ayudar”
Para
hacer psicomagia hay que ser artista, practicar algún arte unos años antes. El
motivo es que nuestro inconsciente no es científico, no tiene que ver con lo
racional, con lo lógico.
El
psicoanálisis fue creado por doctores, médicos, científicos, que aprendieron a
traducir racionalmente los mensajes del inconsciente.
Es
por eso que sólo un artista puede entender el inconsciente, no un científico.
Dice Alejandro
Jodorowsky que: “con un acto simbólico se puede curar una enfermedad orgánica” que muchos de nuestros
problemas son “herencias” de nuestros padres y conviene devolvérselas a través
de actos simbólicos.
Con
frecuencia los actos psicomágicos transforman al que los realiza de una manera
contundente, pero hemos de tener en cuenta que hay problemáticas muy complejas
y que se van resolviendo por fases. Es como ir pelando una cebolla por capas.
Hay que llegar al centro, pero no ves una capa hasta que no has quitado la
anterior.
Hay
lo que llamamos resistencias. Estar enfermo o en conflicto tiene sus
compensaciones, la gente a veces quiere que las cosas cambien, pero no una
transformación desde el interior.
Acto para enterrar
fantasmas:
Moldear
el muerto del que no se ha realizado el duelo con pasta de almendras. Realizar
el ritual de enterramiento completo y poner flores en su tumba.
Confrontar con alguien
que ha muerto:
Ir
a la tumba y decirle lo que te hizo, como te sentiste, que consecuencias te ha
ocasionado aquello y cómo te sientes ahora al respecto. Luego le pides una
compensación (el universo te lo dará) y le pones palabra/s bella/s con miel en
la tumba (por ejemplo “paz”)
Acto para sanar el nudo
incestuoso:
Tomar
ropa del padre o la madre (o por ejemplo, una camiseta en la que hemos
serigrafiado una fotografía de él o de ella…) y pedirle a tu pareja o a una
persona que se preste que se lo coloque y hacemos el amor con ella. De esta
forma descargaremos la pulsión valiéndonos de la metáfora y se deshará el nudo.
Acto para definir la
finalidad:
Comprar
7 días seguidos tu pastel preferido y tomarlo.
Se
despertará el placer, la parte creativa. Luego vendrá la finalidad.
Cualquier
enseñanza no adquiere toda su fuerza transformadora hasta el momento en que es
aplicada. Una toma de conciencia que no es seguida de un acto resulta
completamente estéril.
En
cambio, un acto tiene un carácter más concluyente que cualquier palabra.
En
definitiva, son los actos los que nos sanan, los que nos pueden cambiar la
vida.
Las cosas importantes
no se enseñan, se aprenden.
La palabra “aprender”
deriva de “apoderarse”.
Un
maestro puede dar algo a un alumno, pero no será suyo mientras él no lo asimile,
no se apodere de ello a partir de un acto de voluntad.
Apoderarse
de palabras te hace ser un contenedor de palabras, mientras que apoderarte de
experiencias te transforma por completo.
“Todo lo que hemos
recibido es un tesoro”.
Por
tanto no es necesario eliminar ninguna parte. Lo que hay que hacer es fecundar
lo que nos viene dado.
Si un padre abusó de su
hija,
la solución no es cortar la relación con él y odiarlo toda la vida, porque
odiará a todos los hombres, se emparejará con abusadores y puede que esto se
traslade a otros ámbitos de su existencia, como a lo laboral o a la red de
amistades.
Lo sano es volver al
padre, confrontar y pedir una compensación.
Del
acto saldrá enriquecida, sabiendo ver al padre con otra mirada que reconozca sus
dones que son los de ella.
Encontraremos
en el abuso un maestro, un camino que nos ha llevado a ser lo que ahora somos.
Al parecer, aquello que
nos atemoriza pierde su fuerza en el momento en que dejamos de combatirlo. Si queremos fortalecer
a un enemigo, solo tenemos que odiarlo, cuanto mayor es nuestro odio más sólido
se presentará ante nuestros ojos.
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