miércoles, 17 de abril de 2019

LAS TRES CARAS DE LA DIOSA: LA MADRE


La Madre de Todos
La imagen de la Madre como eterna dadora de vida fue una de las primeras representaciones religiosas de las que se tenga noticias. 
Antes que los dioses patriarcales posteriores, la Diosa era reverenciada en su aspecto de creadora.
El estudio de las religiones comparadas nos da la pauta de la amplitud y extensión de su culto, y ésta es, por antonomasia, su representación más conocida. A éste aspecto de la Diosa es que aluden todas las figurillas encontradas en excavaciones del Neolítico, como la famosa Venus de Wildendorf.

La característica en común que poseen todas éstas figuras son los indicativos de la maternidad o preñez: vientre hinchado, senos y vulva prominentes, todos ellos destacados, sugiriendo su relación con el culto a la fertilidad.

Existen numerosos ejemplos de éste aspecto de la Diosa, rastreables desde distintas culturas. Entre éstos podemos nombrar:


Demeter entre los griegos, encargada de la fertilidad de la Tierra y las cosechas. Está íntimamente relacionada con Perséfone o Proserpina, un aspecto de la Doncella

Gaia, anterior a la mitología olímpica griega, representaba la Tierra, y fue quien dio a luz a los Titanes. Curiosamente hoy en día se le da su nombre a la Tierra nuevamente, dentro del marco de la teoría de la tierra como un único organismo vivo.
Isis para los egipcios, llamada también la Gran Madre Creadora y Dadora de Vida, y asociada con la Luna. Es conocida la relación mitológica que le daban con las crecidas del Nilo, que regían la vida agricultora del pueblo.

Badb, en Irlanda, la madre dentro de una Trinidad junto a Anu y Macha, poseía un caldero mágico como símbolo del vientre primigenio, era también conocida por lo acertado de sus profecías.

Freya en la mitología nórdica, considerada la líder del Disir, las Matriarcas Divinas. Intimamente relacionada con la magia, tenía la habilidad de volar, y dos gatos, Bygul y Trjegul tiraban de su carro.

Pachamama, la Madre Tierra de los Incas, todavía es reverenciada en rituales sincréticos con influencias cristianas. Se podría decir que es imagen más conocida de la Diosa Madre dentro de América Latina.

En algunas de las imágenes mitológicas habituales de la Madre se conjugan imágenes tanto creadoras como destructivas. Esto lo podemos ver como un intento de representar a la Madre Naturaleza en todos sus aspectos.

Muchas veces los distintos aspectos de la Diosa Triple se entrelazan, causando que el identificar plenamente cada una de sus fases por separado sea difícil.

Existe la suposición de que muchos de los mitos mencionados anteriormente han llegado a nosotros ya corruptos por las conquistas de las que fueron objeto las culturas, primitivamente matriarcales, que originaron éstos mitos. Existen incluso versiones alternativas de éstas historias pretendiendo reconstruir el ciclo original, pero lamentablemente es algo de lo cual nunca podremos estar seguros.

La Madre se identifica con la luna llena, siendo patrona de las cosechas y velando sobre la fertilidad tanto de las mujeres como los animales y la naturaleza en general. La fiesta en la que se la recuerda especialmente es Brigantia. El color que se le atribuye es el rojo, y sus animales asociados pueden ser el gato, paloma o delfín.

Debemos invocar éste aspecto de la Diosa cuando deseemos tratar aspectos relativos a la maternidad, protección (especialmente cuando se trate de mujeres amenazadas por hombres ), matrimonio, guía, consecución de paz interior, elecciones de cualquier tipo, desarrollo espiritual y de la intuición y dones psíquicos.

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