Cada acto consciente se
enriquece, eso es aplicar el mindfulness en nuestra vida diaria, darle plena atención
de nuestros actos.
Dice un refrán popular que
no hay que creer en brujas «pero haberlas, haylas». Y por supuesto que las hay.
Somos quienes hemos elegido como vocación y finalidad el aprendizaje de la
antigua sabiduría cósmica, de los rituales y sortilegios que nos permiten
alejar las malas vibraciones y atraer aquellas que nos hacen bien, y con las
que podemos hacer el bien a los demás.
Personalmente, creo que
muchos de esos potenciales mágicos están en todos nosotros. Vienen en nuestro
interior cuando llegamos al mundo, como una reserva de fuerzas que nos otorga
el cosmos para afrontar los momentos y situaciones difíciles. Lo que
necesitamos es saber extraerlas y dirigirlas, combinándolas con otras
vibraciones adecuadas, en el tiempo y lugar apropiados. Y yo estoy dispuesta a
transmitir mis conocimientos a los demás, porque ese es uno de los fines de la
magia luminosa.
Muchas de ustedes se estarán
preguntando qué quiero decir con la palabra Ritual, no? Que si es magia, que si
es algo “bueno” o “malo”, etc.
Lo que puedo decirles es
que a través de mi camino personal y profesional en el ser mujer y de lo
femenino, he ido descubriendo la importancia de los rituales no sólo en mi vida
personal sino también en nuestros procesos y vida social.
Ya habremos escuchado
sobre los rituales que muchas culturas realizaban para marcar el paso de la
niñez a la adultez, de la soltería al matrimonio, de migrar a otro lugar, al
momento de morir, etc. La mayoría quizás de las que están leyendo esto, habrán
crecido en un contexto religioso (practicante o no) de la religión católica y
por ende algo sabrás o habrán vivenciado en carne propia algunos rituales como el
bautizo, la comunión, la confirmación, matrimonio, etc, además de los rituales
sociales practicados en todo el mundo como el cumpleaños, las despedidas de
solteras, los santos, entre otros.
Cada ritual entonces tiene
el propósito de marcar un antes y un después, un “tiempo” no tiempo que marca
un paso de A a B, comunicándonos con el mundo simbólico y misterioso del
Inconsciente (por ende no siempre lo podremos racionalizar ni explicar sino más
bien vivenciar).
Así, a nivel social desde
antaño se han practicado varias maneras de hacernos entender que algo va
cambiando en nuestra vida, para así poder ir integrando los cambios que como
seres humanos vamos teniendo.
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