La magia es el arte de producir cambios visibles
en el universo físico de conformidad con la voluntad humana.
Para algunos, la idea de que la magia sea
práctica parece sorprenderlos.
No debería ser así. Aun cuando la magia está particularmente interesada
en el crecimiento espiritual y la transformación psicológica, también la vida
espiritual debe reposar firmemente en los principios
materiales.
La magia práctica tiene que ver con el arte de
vivir bien y en armonía con la naturaleza, con la tierra, con las estaciones y
ciclos, y en las cosas que hacemos con la mente y las manos.
Así pues, la magia es el arte de trabajar con las
fuerzas de la naturaleza –tierra, aire, fuego y agua- que existieron en su
manifestación física antes de nuestra aparición en el planeta; y en su forma espiritual
en el origen divino y creación del universo.
La magia es el arte de enfocar conscientemente y controlar la energía universal.
A través de voluntad enfocada y esfuerzo utilizamos la energía universal para afectar las cosas a nuestro alrededor.
Sintamos la magia, vivamos la magia, seamos magia ante este universo que nos arropa con su energía, permitiéndonos creer, hacer y soñar para así activar esas fuerzas en nuestro interior y proyectarnos al exterior
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