jueves, 16 de mayo de 2019

NOSOTRAS Y LOS ELEMENTOS I


Somos iguales en derechos pero no en esencia. Nuestra expresión natural no puede ser la misma, la manera en la que nos comportamos y creamos el mundo que deseamos. Tampoco la manera en la que conectamos y nos sentimos vivas. Debemos aspirar a expresar nuestra esencia más alta, sin miedo al rechazo. Debemos aspirar a brillar con toda nuestra Luz. Parte de tu tarea es encontrar tu esencia primordial y expresar tu vida alrededor de ella. Cuando encuentras tu elemento, tu vida cobra sentido: tu pasado, lecciones, deseos, sueños ...
He conocido a muchas mujeres que viven su vida fuera de su elemento primordial. He visto, por ejemplo, a mujeres Fuego viviendo vidas de Agua, comportándose con suavidad y humildad, dando toda su energía, trabajando como sanadoras, masajistas ... en vez de expresar su fuego como líderes apasionadas, empoderadas y seguras de sí mismas, el Agua extingue su Fuego.

He conocido a mujeres Tierra viviendo vidas de Aire, devorando libros, videos, alimentando su mente de información, en vez de descalzar sus pies en la tierra húmeda y encontrar su ritmo interno con un tambor. El Aire extrae sus raíces del suelo...

Estas mujeres jamás podrán sentirse plenas porque viven vidas "a medias", escondidas detrás del elemento que es "aceptado", en vez de crecer en su elemento verdadero y vivir vidas llenas y auténticas. Tampoco tienen el éxito en sus profesiones porque, internamente, su energía, misión y foco de atención están en conflicto.

El Espíritu en nosotras es aire, fuego, agua, tierra o éter (el éter contiene todos los elementos). Todas nacemos con un elemento primordial, y cada elemento encierra las claves de nuestros talentos naturales y de nuestro propósito en la Tierra.

Desde que nacemos aprendemos mecanismos de supervivencia y, si nuestro elemento no es aceptado por nuestra familia, acabamos adoptando el que creemos nos servirá mejor para ser aceptadas y amadas. Llega un momento en que nos acabamos identificando con el elemento que "nos salvó la vida", en vez de con nuestra esencia verdadera.
Tampoco la manera de meditar

Ser agua no es lo mismo que ser Fuego. Ser Fuego no es lo mismo que ser Tierra. Aire no es Éter ni Éter es Agua.

Nacimos con una configuración diferente, con una esencia diferente y, sin embargo, muchas personas se empeñan en defender una espiritualidad única y plana para todo el mundo. La espiritualidad de una persona de Fuego no es la espiritualidad de una persona de Agua. No es porque el Espíritu en ella es distinto. La esencia que las mueve, las llama, las inspira... jamás podrá ser la misma...

Una persona de Aire no puede meditar con las técnicas de una persona de Agua. No puede porque no va a conseguir la conexión y profundidad que se espera de ella. La persona de Agua florece en las profundidades, la persona de Aire no. Y ello traerá como consecuencia que se sienta frustrada cada vez que intenta meditar y, sin la orientación adecuada, terminará creyendo que la meditación es una tarea ardua e imposible para ella. Meditar es lo más sencillo del mundo cuando sabes quién eres.

En ciertos círculos espirituales, nueva era, religiosos, educativos .. etc. no son permitidas las diferencias individuales. Cualquier mujer (o niña) que se salga por encima del estándar esperado, que destaque como diferente, es considerada como .... .... ... (rellena el espacio), dependiendo de aquello que intenten suprimir. Se espera de ella obediencia, humildad, una actitud de "todos somos iguales". Se califica incluso como ego y arrogancia, no permitiendo que su elemento brille de la manera particular y específica en la que tiene que brillar.
Esta es otra forma de control
Cualquier espiritualidad que no te permite ser tú misma, en tu esencia específica, busca crear seres uniformes, en cadena. Muchos círculos espirituales defienden y protegen a la mujer Agua y a la Mujer Tierra, por sus cualidades de sanadora, dulce, suave, humilde, callada, nutritiva, amorosa ... mujer que se adapta fácilmente a las reglas. Y condenan a la mujer Fuego por ser independiente, autónoma, apasionada, ruidosa, sexy, rebelde ... mujer que no sigue a los grupos.

Muchas Mujeres Fuego acaban convirtiéndose en Mujeres Agua o Tierra para ser aceptada; su falta de confianza en sí mismas y en su misión hace que el rechazo sea insoportable. Sienten que necesitan "pertenecer a ..., ser parte de ...". Mujer Fuego, tú perteneces al Fuego, ahí es dónde tienes permiso para brillar, arder, inspirar, liderar, dar calor ...

He venido a recordarte que eres una Diosa, con toda la belleza, el poder y la magia para hacer realidad tus sueños más salvajes.
Deseo recordarte que dentro de ti posees los talentos, la sabiduría, el poder y la medicina para transformar tu vida.
Quiero que florezcas y ames ser Mujer; ames tu preciosa femineidad, tu cuerpo, tus talentos y vivas tus sueños. Te mereces todo lo mejor.
El camino comienza con el primer paso ... y deseo mostrarte la dirección de tu Espíritu...

En los siguientes post, podremos ver las particularidades de cada mujer en su elemento respectivo.

Mujer Fuego: Aries, leo y Sagitario.
Mujer Tierra: Tauro, virgo y Capricornio.
Mujer Aire: Géminis, libra y acuario.
Mujer Agua: cáncer, escorpio y Piscis

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