Este fenómeno suele
producirse en situaciones de conflicto en los que la unión de ambos
cultos, contradictoria en muchos sentidos pero aceptada por sus seguidores y
siendo el producto resultante respetuoso para ambos credos, surge como un
intento de crear un ámbito de armonía en el que las dos culturas
puedan convivir.
Este proceso no suele ser fruto de un diálogo ni de una
negociación, sino que se produce a fuerza de que dos culturas distintas se
encuentren frente a frente y, en lugar de intentar imponerse, acaben por asimilar
la existencia de ambas religiones en un solo espacio común. Los primeros
cambios que se producen no están en las creencias de los individuos en sí, sino
en las fachadas de las propias religiones, que empiezan a crear
semejanzas con el objetivo de que la transición sea más sencilla y asimilable
para los fieles.
En sus esfuerzos de
esconder su religión africana y sus prácticas mágicas, los lucumís
identificaron sus deidades africanas (orishas) con los santos del catolicismo,
dando como resultado un sincretismo religioso conocido hoy como la Santería. Un
santo católico y un orisha lucumí son vistos como manifestaciones diferentes de
la misma entidad espiritual.
La Santería adora una
fuerza central y creativa llamada Olodumare.
De él procede todo lo que
existe, y todo regresa a él. Olodumare se expresa a sí mismo en el mundo creado
a través de Ashe; Ashe es la sangre de la vida cósmica, el poder de Olodumare
hacia la vida, la fuerza y la justicia.
Es una corriente divina
que encuentra muchos canales de mayor o menor receptividad. Ashe es la base
absoluta de la realidad para los Orishas.
Creen que la vida de cada
persona viene ya determinada antes del nacimiento en Ile-Olofi, la casa de Dios
en el cielo. Aquellos que no lo cumplen serán castigados por los orishas y
deben reencarnar hasta satisfacer el castigo.
Los católicos veneran a los
santos comprendiendo que son seres humanos que vivieron heroicamente su fe,
murieron y están ahora en el cielo desde donde interceden por nosotros gracias
a su participación en la gloria de Jesucristo.
Para los santeros, los
santos son dioses (orishas) que deben adorarse. Olodumare creó a los orishas
para manifestar su voluntad y su esencia en la creación. Estos son una
personificación de Ashe.
Los orishas también son los guías y protectores de la raza
humana.
Los santos que tomaron
para identificarlos con los orishas eran los más conocidos en la Iglesia en
Cuba. La Virgen Santísima en diferentes advocaciones es también identificada
con una orisha como si fuese un santo más. La identificación a menudo tiene que
ver con las vestimentas o las razones por las que el santo o la Virgen es
conocida. Así Santa Bárbara, vestida de rojo y con espada en las imágenes
católicas, se identifica con el dios shangó, guerrero a quien se le atribuye la
fuerza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario