LOS ARCONTES
Los Arcontes son una
especie genuina con su propio hábitat, y pudiera incluso ser considerado ser
casi divino, pero carecen de intencionalidad (ennoia: capacidad
auto-directiva), y tienen una repugnante tendencia a salirse de sus límites,
imponiéndose en el reino humano. Se dice que los Arcontes sienten intensa
envidia hacia la humanidad, porque nosotros poseemos la intencionalidad de la
cual ellos carecen.
El Mito de Gaia
describe cómo los Arcontes fueron producidos por impacto fractal en los densos
campos de formación elemental (dema) de los brazos galácticos, cuando el Eón
Sophia se arrojó unilateralmente desde el núcleo galáctico. Ver especialmente
el Episodio 10.
En la psicología gnóstica, la ciencia noética
de las Escuelas de Misterio, los Arcontes son una fuerza alienígena que invade
subliminalmente a la mente humana y desvía nuestra inteligencia lejos de sus
aplicaciones apropiadas y sanas. No son los que nos hacen actuar inhumanamente,
ya que todos nosotros tenemos el
potencial de ir en contra de nuestra humanidad innata, violando la verdad en
nuestros corazones, pero nos hacen sacar comportamiento inhumano hacia extraños
y violentos extremos.
La aberración
contenida es que, dejados a nuestro propio albedrío, nosotros a veces
actuaríamos inhumanamente para luego corregirlo. Obviamente, nos siempre lo
hacemos. En la exageración de nuestras tendencias insanas e inhumanas, y en una
extrema y no corregida desviación de nuestra inteligencia innata, los gnósticos
vieron la firma de una especie alienígena que cosquillea en las peores fallas
humanas.
Por lo tanto, los Arcontes son parásitos
psico-espirituales. Sin embargo, como retoños del Eón Sophia, ellos son
también nuestros parientes cósmicos.
*Carlos Castañeda, nos
dice en “El Lado Activo del Infinito”* :
“Para mantenernos
obedientes, dóciles y débiles, los depredadores se comprometieron en una
maniobra estupenda – estupenda, por supuesto, desde el punto de vista de un
estratega de la lucha. Una maniobra horrible desde el punto de vista de quienes
la padecen.
¡Ellos nos dieron su
mente! ¿Me oye? Los depredadores nos dieron su mente, que se convirtió en
nuestra mente. La mente del predador es barroca, contradictoria, mal humorada,
llenos de temor de ser descubiertos en cualquier momento. ”
HAY MANERAS DE EVITAR QUE ESTAS ENTIDADES SE
DESARROLLEN Y PROLIFEREN:
Evitar las expresiones
violentas o intensas de nuestros estados anímicos: discusiones, gritos, peleas,
llantos, una pena largamente sostenida, estados de angustia y sufrimiento, etc.
Mantener una buena
higiene personal, con baños diarios y limpieza cuidadosa del cabello.
Mantener la casa
limpia, sobre todo en los rincones y tras los muebles grandes y pesados.
Realizar una limpieza
del ambiente y renovación de las energías, al menos una vez cada 15 días, o
cuando se sienta malestar o cualquier signo de que el ambiente se ha
enrarecido. Esta limpieza puede hacerse quemando ruda, salvia y romero con una
pizquita de azufre en polvo (cuidado con esto, porque el azufre es MUY tóxico,
deben dejarse puertas y ventanas abiertas mientras se hace, y usar protección
como barbijo o pañuelo en la boca… la limpieza sin azufre es igualmente
efectiva); también se pueden quemar otras hierbas conjuntamente, como laurel y
cedro.
Evitar lugares donde
puedan “transferirse” este tipo de parásitos, como aglomeraciones humanas,
cárceles, colectivos urbanos, cementerios, salas de velatorios, etc. Las
energías que podemos traer de algunos de esos sitios son, definitivamente, muy
degradadas.
Si no podemos evitarlos,
al volver colocar toda la ropa usada al sol, por 2 horas como mínimo, y pasar
una barrita de azufre por la suela de los zapatos. Rociar el cabello y la piel
que estuvo descubierta con una solución de agua con limón, al 5%. Es buena idea
tener siempre una botellita con esta preparación a mano.
No arrojar los abrigos
sobre la cama, esto es algo que hacemos frecuentemente cuando volvemos de la
calle.
No recostarnos en la
cama con los zapatos puestos, idealmente deberíamos dejarlos lejos de la cama…
incluso afuera.
Encender sahumerios y
quemar aceites aromáticos cuando tenemos visitas o cuando estas se marchan.
Evitar prácticas
mágicas en nuestro entorno si no tenemos los conocimientos suficientes.
Desterrar, desterrar,
desterrar… siempre que sea necesario, y tomarse esta práctica con seriedad.
Si sospechamos de la
presencia de una entidad más peligrosa (o hemos notado su existencia), es
necesario contactar con alguien que sepa del tema y no improvisar rituales de
expulsión.
Consigue un gato y
cuídalo; según se dice, el perro es el guardián de lo material, el gato de lo
inmaterial. Si hay algo negativo lo neutralizará, o te avisará de su
existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario