¿Quién es Amaterasu?
Amaterasu es la Diosa del
Sol, se gesta en el vientre de Izanagui y llega a la familia de estas deidades
emergiendo por el ojo derecho de su padre justo en el momento que hacía el rito
para purificarse.
Sus padres, Izanagi e
Izanami, eran los dioses más lozanos y frescos que existían por lo que los
otros dioses con más edad les dieron la responsabilidad de formar la tierra,
los esposos se posaron unidos sobre el puente flotante del cielo con la lanza sagrada
que le habían entregado los otros dioses con el fin de que la sumergieran en
las aguas del océano, de ahí brotaron gotas de agua formando la primera isla
que tiene por nombre Ogonoro.
Izanagi, su padre, viendo
que era la diosa del sol y de luz brillante que resplandecía al mundo tanto
terrenal como celestial, la asignó como dirigente de las Altiplanicies del
Cielo. Amaterasu era una diosa de singular hermosura tenía una atractiva
cabellera larga, con piel aterciopelada y esplendorosa, con una mirada
compasiva y sensible.
Amaterasu se hacía
acompañar con agraciadas doncellas que compartían los oficios de tejer ropa y
trajes con hilos; además de la agricultura cultivando arroz, trigo y orugas de
seda. Amaterasu observó que las doncellas no solo deberían de realizar las
tareas de hilandería y del cultivo, por lo que decidió enseñar a los hombres
para que se encargaran de los arrozales.
Sus hermanos eran Susanoo
dios del mar y la tormenta y Tsukuyomi dios de la luna. Su padre Izanagi le
entrega a Amaterasu el mando para que gobernara las mesetas del firmamento; su
hermano Susanoo dios del mar y la
tormenta se molestó por el legado que consiguió su hermana, razón que lo invade
la envidia y la ira, corre hacia donde
estaba Amaterasu acompañada de las doncellas y comenzó con humillantes insultos
y hacer actos irrespetuosos.
Susanoo, descontrolado y
poseído por la furia, se subió al techo de la casa, abriendo un hueco para
ingresar a la sala principal de trabajo donde estaban las doncellas tejiendo
trajes celestiales; ahí mismo se montó sobre un gran caballo insolente y empezó
a patear y a destruir todo lo que encontraba a su paso, inclusive hiriendo y
matando a muchas de ellas, y hasta se aprovechó para aniquilar el corcel del
cielo.
Amaterasu pierde la entereza
y la embriaga la tristeza y el temor por lo que había hecho su hermano y se va
corriendo despavorida a ocultarse dentro de una cueva colocando en la entrada
una enorme roca, con la intención de no volver a salir y que el mundo más nunca
concibiera la luz solar.
A partir del momento en
que la diosa del sol Amaterasu se enclaustra dentro de la cueva, el cosmos
comenzó una general y absoluta penumbra, por lo que las personas observaron que
hacía falta su presencia.
Varios kamis y otras
personas comunes se agruparon frente a la cueva con joyas preciosas y un espejo
para llamar la atención y persuadir a Amaterasu para que saliera de la cueva,
pero fue imposible que lo lograran.
Otros dioses preocupados
por la carencia de la luz en la tierra y de los planes fallidos que habían
hecho para sacarla, planifican con entusiasmo una gran festividad que
efectuarían en toda la entrada de la cueva, colocaron un gigante espejo con
borde de bronce brillante, música, pitos, bailaban y reían a carcajadas con
algarabías para llamar la atención de Amaterasu.
Sobre la tarima danzaba la
diosa de la alegría Ame no Uzume quien emitía un sonido encantador y danzaba al son de la fantástica música con
movimientos llamativos que todos disfrutaban y la euforia del sonido era tan
agradable que todos los presentes comenzaron a aplaudir emocionados. Un kami
que estaba en la fiesta se le ocurrió la idea de comentar en voz alta y clara
que estaban maravillados porque habían conocido a una nueva diosa con presencia
espectacular, llamativa por su belleza e inteligente, y que venía a traer
alegría y luminosidad al mundo.
Amaterasu, que era
curiosa, escucha el comentario y para averiguar que sucedía y quien era la
nueva diosa que había llegado, exhibe la punta de la nariz por una rendija de
la puerta, saltó enérgicamente fuera de la cueva y mira a una hermosa y
espectacular mujer, con gran luz
brillante que irradiaba de su cuerpo, para su sorpresa era su propia
imagen que se reflejaba en el espejo con marco de bronce, Amaterasu sonrió
alegremente y regresó la luz al universo.
Mientras esto sucedía los
dioses se aprovecharon del momento eufórico para sellar definitivamente el
acceso a la cueva por siempre, y Amaterasu regresó dichosa a su casa.
Esta leyenda de Amaterasu
se le atañe con el distintivo de un espejo. Además de la construcción del
templo de Ise en honor a su nombre.
Historia de la diosa del sol
La diosa del sol Amaterasu
es la más importante de la mitología japonesa, según las viejas escrituras que
están plasmadas en el Kojiki, escrito en el 680 d.C., y del Nihon Shoki,
escrito en el 720 d.C., que son los textos antiquísimos del legendario Japón.
Los emperadores de Japón han señalado a
Amterasu como la diosa clave en la historia de sus ancestros.
Durante el mandato del
décimo emperador de Japón, llamado Sujin, a mediados del siglo I a.C., el país
fue victima de graves enfermedades contagiosas y de desastres naturales, que
presumían eran provenientes de un origen divino de Amaterasu, preocupado le
ordena a su hija, la princesa Toyosukiirihime-no-mikoto, que despojara el lugar
donde estaba ubicada dentro del Palacio Imperial a la diosa Amaterasu, y que
encontrara otro espacio para que la adoraran, la colocaron en la cuenca de
Nara.
Este nuevo espacio sería
utilizado por corto tiempo, debido a que el emperador Suinin le solicitó a su
hija que igualmente encontrara un lugar más celestial para que adoraran a
Amaterasu eternamente. La princesa Yamatohime-no-mikoto obedeció la solicitud
de su padre y transitó las provincias de Ōmi y Mino, y cuando arribó a la
provincia de Ise, escuchó la melodiosa voz de Amaterasu que expresaba:
“Yo deseo vivir por
siempre en Ise, donde la brisa de los dioses suspiran, y Japón será bendecido
con exuberantes y cuantiosas dones y productos que vendrán de los campos y del
mar“.
La princesa
Yamatohime-no-mikoto ordenó construir en el vigésimo sexto año del reinado del
emperador Sujin un gran santuario en Ise, en este palacio se realizan grandes
festividades en honor a la diosa Amaterasu.
Amaterasu representa el
rayo que nace en la aurora y que atraviesa la tierra cuando aparece el día. Es
la luz que ilumina cada hermoso amanecer dando calidez a todos los seres vivos
del planeta para su existencia, también
tiene la virtud de ser una diosa generosa.
En la religión del sintoísmo
de la mitología japonesa escasamente se menciona al sol con naturaleza del sexo
femenino y Tskuyomi la luna como sexo masculino.
El universo entero
necesita, ama y adora a esta diosa tan importante para el desarrollo de la vida
en todos los seres humanos.
Adoración
La idolatría hacia la
diosa del sol Amaterasu tiene sus orígenes en el majestuoso Palacio Imperial
ubicado en la ciudad de Yamato.
La adoración es única y
representativa hacia la diosa Amaterasu desplazando a otros dioses, lo que ha
sido denominado como el culto al sol, expresión que igual puede describir la
original idolatría del archipiélago del propio sol.
El templo Ise, situado en
la ciudad de Ise Honshu en Japón, fue construido en honor a su nombre. En el
interior del templo Ise, como ofrenda y señal de devoción, está colocado el
mítico espejo sagrado llamado Yata no Kagami, que el alto clero pide se
conserve como símbolo que representa privilegios al pueblo soberano de Japón.
En este templo Ise, se
realizan grandes festividades, denominadas Shikinen Sengu, para homenajear con
alabanzas y enaltecer cada veinte años a la diosa Amaterasu. La gente asiste a
estas llamativas celebraciones vistiendo con hermosos trajes nuevos, y llevan
exquisitos manjares que también son ofrecidos en distinción a la diosa del sol.
La religión sintoísta de
la mitología japonesa viene festejando desde el año 690 estos ritos con
misticismo y respeto religioso para glorificar a la diosa Amaterasu.
Mitología
Amaterasu es la más
importante y principal deidad de la mitología japonesa, siendo catalogada como
la diosa del sol que trasmite luz y calidez al universo. La religión del
sintoísmo tiene sus escrituras en el Kojiki donde se narra que la diosa fue
engendrada en las entrañas de Izanagui cuando estaba haciendo el rito de
purificación. Ella viene al mundo conforme nacieron sus hermanos Susanoo y
Tsukuyomi.
En las escrituras del
libro sagrado Kojiki se encuentran plasmadas las historias de la diosa del sol
Amaterasu como la deidad con grandes sentimientos de caridad y bondad que
permiten iluminar con sus hermosos rayos solares y generar calor al mundo.
Se conoce como Kagura el
mito que significa el renacimiento de la diosa Amaterasu, cuando salta de la
cueva emitiendo nuevamente la irradiación del sol y calor al universo, se
celebra con grandes y significativas festividades de cosecha.
Amaterasu como era tan
generosa y dándose cuenta que mucha gente le hacía falta su presencia porque si
no fallecían y les causaba desastres naturales, les prometió a todos los que la
amaban y adoraban que jamás se volvería a esconder, y dio su palabra que en el
amanecer de cada día aparecía su cara en el horizonte. (Ver Artículo: Yomi)
Familia y Descendencia
La diosa del sol Amaterasu
llega al seno de una familia de dioses de la religión sintoísta de la mitología
japonesa como una de las deidades con más vigor e importancia para la vida
humana, se cree igualmente que era la reina del Tamaka No Hara que quiere decir
“Alta Llanura del Cielo” donde estaba establecida la monarquía de los kami o
espíritus. A partir del momento que sus padres se conocen, se encantan el uno
del otro se une en matrimonio y comienzan su idilio y procedieron a edificar su
vivienda en una isla.
Misteriosamente su padre
Izanagui trae al mundo a la heredera y gobernante de las alturas del cielo, la
brillante y despampanante diosa del sol Amaterasu, así como a su hermano Tsukuyomi
dios de la luna y de la noche. La diosa del sol Amaterasu es reconocida
como parte de los ancestros de la historia de los grandes emperadores de Japón.
Cuenta la leyenda que
entre los miembros de su familia se
encontraba Susanoo, su hermano denominado dios del mar y de las tormentas quien
con su proceder envidioso y rabioso, destrozó los arrozales, monumentos sagrados
y la hizo que se internara en una cueva, lo que ocasionó una absoluta y
tenebrosa oscuridad al mundo. Susanno
para reconciliarse con Amaterasu le obsequia una atrayente y extraordinaria
espada conocida como Kusanagui-no-Tsurugi, para que su hermana olvidara el
problema que habían sucedido entre ellos.
También es hermana de
Tsukuyomi el dios de la luna y de la noche naciendo por el ojo de derecho de su
padre cuando este se lo lavaba. Según relata la leyenda que Tsukuyomi, aparte
de ser su hermano era su esposo, con quien compartía la gobernabilidad del
firmamento. Pero el dios Tsukuyomi se enemistó con la diosa de la comida Uke
Mochi y de la rabia procedió a matarla, este hecho sucede porque la diosa
extrajo alimentos para ofrecerle a comer que salieron de su ano, fosas nasales
y de su boca.
La muerte de la diosa Uke
Mochi a manos de su hermano y esposo Tsukumoyi, causó que Amaterasu se enfadara
y lo llamara como una deidad de maldad y se retiró de su lado, por esta razón
es que se origina la separación entre el día y la noche.
Continuando con las
leyendas de mitología japonesa, la diosa del sol Amaterasu, tuvo como miembro
de su familia un nieto que bautizaron con el nombre de Ninigi-no-Mikoto, quien
más tarde se convirtió en el rey de la creación terrenal como su progenitor conocido
con el nombre de Ama-no-Oshiho-mimi.
Este soberano rechazo el cargo cuando le fue otorgado por su madre. La
diosa del sol Amaterasu le entrego a su nieto las tres reliquias sagradas en
señal de apoyo para que realizara sus obras.
Los obsequios que le
entregaron fueron: una gema o joya preciosa conocida como Yasakani; el espejo
con borde de bronce conocido como Yata; y la hermosa espada sagrada conocida
como Kusanagi.
Luego más tarde, viene
otro integrante a la familia y se trata del bisnieto de Ninigi, Jimmu, quien
tuvo el honor de ser el primer emperador japonés, esto ocurre en el año 660
a.C. Este hecho enaltece a los
emperadores de Japón en asegurar que su ascendencia familiar proviene de la
distinguida diosa del sol Amaterasu. En el transcurrir de la historia los
emperadores japoneses han sido contemplados como seres celestiales, no
significando esta creencia que
pertenecen al reino de lo sobrenatural.
Es importante resaltar que
los emperadores japoneses no gozaban de tener poder político durante la mayoría
de la historia japonesa, sin embargo, esta actividad viene a darse en el inició
de la Restauración Meji.
Amaterasu - Miji
Al hablar de la
descendencia de la diosa Amateraru, encontramos que el imperio japonés se
distingue como la monarquía antiquísima de la historia desde el nacimiento de
la nación,y que su nacimiento se remontan a la existencia de esta diosa del
sol, además que han tenido el mando sucesivamente uno tras otro, y sus orígenes
se han difundido por los años hasta el siglo VII a.C.
Es importante resaltar que
existen diversas realezas antiguas y los emperadores japoneses se glorificaban
que venían de los ancestros del orden divino, mientras tanto había discrepancia
entre la divinidad del emperador japonés y de los otros reyes que igualmente
promulgaban su divinidad.
Según las narraciones de
la historia en la mitología japonesa cuentan que remotamente todos los
emperadores de Japón se relacionan con la descendencia de la diosa del sol
Amaterau, inclusive el primer emperador de Japón Jinmu.
Por estas creencias y en
la trayectoria de la historia de Japón se han creído seres celestiales. Esto no
quiere decir que los emperadores fueran seres sobrenaturales, sin embargo, los
emperadores eran los encargados de cumplir cabalmente algunos rituales que
aseguraran que la presencia de kami resguardaba, atesoraban el bienestar y la
bonanza a Japón. La mayoría de la historia japonesa sus emperadores nunca han
sido partícipes y tampoco han tenido autoridad para ejercer la política.
Esta confusa la creencia
de la instauración de la familia imperial japonesa que impulsara el pensamiento regionalista e imperialista,
se manifestó en el período de la renovación Meiji en 1868 que se refiere a la
supremacía japonesa del siglo XIX, y que durante los rituales sintoístas se
cristalizó como un tributo gubernamental.
La diosa Amaterasu se
cerciora de que su familia perteneciera al imperio, le ruega a su progenitor
que la trasladará junto a él, y rodeada en su luminosidad se va a estar en las
alturas del firmamento, desde entonces permanece e irradia hermosos rayos
calurosos y resplandecientes que por siempre estará acompañando a su amado
pueblo.
Templo en su Honor
El templo Ise, que también
se conoce como el Gran Santuario Ise, se encuentra situado en la ciudad de Ise
Honshu, en el centro principal de la zona de Mie en Japón, fue construido en
honor a la diosa del sol Amaterasu, este santuario legalmente es famoso por su
nombre El templo Jingū, para la religión sintoísta representa la mayor importancia y prestancia
como un lugar sagrado de la mitología japonesa. El lugar donde está construido
el santuario le pertenece al parque nacional conocido como Ise-Shima, respetado
como uno de los terrenos consagrados a la cultura de Japón.
El templo Ise fue
construido en honor a la diosa del Sol Amaterasu desde el siglo 4 a.C. por
orden de la princesa Yamatohime-no-mikoto, quien recibió y cumplió ordenes de
su padre el emperador Suinin.
El santuario Ise es
derribado cada veinte años para edificar un nuevo templo y colocar nuevas cosas
manteniendo sus mismas figuras, en un espacio contiguo, cuenta la leyenda de la
religión sintoísta que esto se debe al don de la naturaleza de morir y nacer en
un período de tiempo de veinte años. El santuario se conserva y se mantiene
tanto la estructura como las deidades colocadas en su interior con el rito de
la purificación. Este acontecimiento exclusivo se denomina en la cultura
japonesa como Jingū Shikinen Sengū que su significado es “año de la ceremonia
del traslado de los santuarios en el Santuario”
El templo Ise también
consta de dos santuarios vitales que son: Naikú y Gekú, los cuales están
construidos a una distancia de seis kilómetros entre ambos. Estos santuarios
igualmente tienen otros santuarios que están debajo de su mando. Se cuenta que
el santuario Naikú está únicamente consagrado a la veneración de la diosa del
sol Amaterasu Omikam, el santuario Gekū a la veneración de Toyouke no Ōmikam.
A los santuarios Naikū y
Gekū, no está permito el acceso del público y solamente pueden ser visualizados
a una distancia prudente a través de unas vallas colocadas a su alrededor.
Templo Ise en 1910
El santuario Ise está
rodeado de montañas de frondosos arbustos sagrados y espacios dedicados
únicamente a mercancías que son utilizadas como ofrendas, cosechas de arroz,
mina de sal, regadíos, fábricas de seda, plantas especiales para tejido,
cerámicas, arcillas, espacios para conservar peces. También hay espacios
dedicados para la lectura y exhibiciones.
La tradición japonesa
tiene como costumbre que todos los años las personas que profesan esta religión
del sintoísmo deben de visitar en procesión al santuario para la veneración de
la diosa del sol Amaterasu. Es de suma importancia y en acto de fe que por lo
menos una vez en la vida de cada persona debe haber visitado estos lugares
sagrados.
Huellas Venerables: la joya, el espejo y la espada
En la historia de la vida
de la diosa Amaterasu, existen tres emblemas de carácter importante en las
creencias religiosas del sintoísmo y la
mitología japonesa y en las tradiciones del palacio imperial.
La religión del sintoísmo
manifiesta que cada una de estas huellas venerables tienen un significado: la
joya o gema representa la honestidad; el espejo representa la valentía y por
último la espada representa el cariño y el amor.
Tenemos en principio la joya o gema sagrada que es el collar de
joyas preciosas Yasakano-no-Magatamam,
en la actualidad se exhibe en el Palacio Imperial de Kyoto. El espejo conocido
como Yata-no-Kagami, actualmente
colocado en el Santuario de Ise. Estas tres reliquias de la mitología japonesa
son pertenecientes a una leyenda de la relación de Amaterasu diosa del sol, con
su hermano Susanoo, dios del mar y las tormentas.
Susanoo deidad del mar y
de las tormentas terminó siendo un dios de carácter impulsivo y resentido, ya
que se enfureció porque su padre Izanagui había tenido preferencia por su
hermana Amaterasu para gobernar las cúspides del firmamento, por esta actitud
fue expulsado de la soberanía celestial.
La diosa Amaterasu se
enfadó y la tristeza se apoderó de ella, lo que ocasionó que huyera despavorida
de Susanoo, a esconderse en una cueva para que jamás le llegara la luz divina a
la humanidad. Los otros dioses tristes y angustiados por las tinieblas que
padecía el mundo, organizaron una gran festividad donde colocaron un gran
espejo con bordes de bronce en toda la entrada de la cueva, y la curiosidad de
Amaterasu la llevó a asomarse y en eso vio en el espejo su preciosa,
espectacular e impactante imagen, lo que la hizo brincar con admiración fuera
de la cueva, a partir de ese momento, apareció el amanecer, la alegría y la
luminosidad al mundo. Este espejo en la actualidad se conserva en el templo de
Ise siendo la principal joya del palacio imperial.
La espada sagrada conocida
como Ame Murakumo no Tsurugi, fue encontrada por Susanoo dios del mar y de las
tormentas en una pelea con una serpiente de ocho cabezas que asesino, al cortar
una de sus colas vio algo parecido a una aguja que la toma para él, viendo que
era una hermosa espada, la obsequia a su hermana Amaterasu en señal de perdón,
paz, y armonía. En la actualidad esta
espada sagrada se conoce como Kusanagi y se que se conserva en el Templo de Atsuta..
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