¿Nunca te has tenido a
pensar de donde viene el origen de la famosa palabra mágica que suelen decir
los magos: ABRACADABRA?
Esta palabra aparece por
primera vez en un texto latino de medicina escrito por el médico romano Quintus Serenus Sammanicus del siglo
II
antes de Cristo.
En este pergamino el autor
hablaba de un enfermo cuya enfermedad se agravaba cada vez más. Según su
criterio, el origen de la enfermedad era debido a nueve espíritus malignos que
ocupaban el cuerpo del enfermo y la única manera de expulsarlos era escribiendo
un conjuro de nueve letras en nueve líneas sucesivas el cual debía llevar
puesto en el cuello durante nueve días. En cada una de estas líneas, había que
borrar una sola letra, y de este modo se irían purgando uno a uno los demonios.
¿Por qué el número nueve?
Porque en aquella época y
civilización, el nueve era un número
mágico cargado de connotaciones místicas y religiosas.
A B R A C A D A B R A
A B R A C A D A B R
A B R A C A D A B
A B R A C A D A
A B R A C A D
A B R A C A
A B R A C
A B R A
A B R
A B
A
Este triángulo aparece en
muchos textos antiguos y medievales, haciéndose popular como remedio curativo
para los malos espíritus.
Muchos investigadores
afirman que el origen de esta palabra es más
antiguo, remontándose a
antiguas civilizaciones como el pueblo egipcio, hebreo y sumerio.
l origen etimológico sería la palabra Abraxas que se decía que
era una divinidad adorada en la antigüedad como un demonio, cuyos amuletos
se colgaban al cuello como protección frente al dios y cuyo significado
primordial sería algo así como: “No me dañes”.
Es curioso como los
números cabalísticos o griegos de esa antigua palabra forman como total el
número 365, es decir, los 365 días del año solar, con lo cual puede deducirse
que ese amuleto podría ser válido por
sólo esos 365 días.
a = 1
b = 2
r = 100
a = 1
*x = 60
a = 1
s = 200
*TOTAL 365 *
Imagen de un sello
templario en la que aparece Abraxas como divinidad demoniaca con diversas runas
alrededor y que indican que se utilizaba como sello esotérico utilizado incluso
por alquimistas.
También aparece el origen
de esta palabra en el pueblo hebreo, en la frase: “Abreq ad Habra” que significa:“Envía tu rayo hasta la muerte.“ y
que se pronunciaba al usar ciertas gemas o piedras que se usaban como talismán.
¿Es posible que hubiesen heredado esa costumbre de los egipcios o los sumerios?
Es muy posible. El caso es que frases parecidas aparecen en el pueblo caldeo
(Abbada ke dabra= "perezca como la palabra”.) y en el arameo (Avra
kehdabra= "crearé lo que digo”.)
¿Coincidencia? Yo me
decantaría por un NO rotundo, más bien una costumbre extendida a través de los
siglos y que curiosamente ha perdurado hasta llegar a nosotros como el
famoso ABRACADABRA utilizado seguramente por muchos de nosotros cuando
jugábamos a ser brujas y hechiceros de niños.
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