Limpiar
Limpiar un objeto consiste
en quitarle todas las energías negativas que contiene.
Es el primer paso en el
proceso de transformar un objeto mundano en uno mágico, ya que posteriormente
lo tendremos que cargar con una energía nueva y limpia.
Se puede limpiar un objeto
por medio de cualquiera de los cuatro elementos:
Agua:
Si el objeto se puede
mojar, lo debemos sumergir en un lugar con agua a la vez que visualizamos cómo
las energías negativas pasan al agua, quedando el objeto limpio. Si el objeto no es permeable, lo pasaremos por
la superficie del agua, pero sin que ésta llegue a tocarlo.
Fuego:
Si queremos limpiar el
objeto por medio de este elemento, hemos de pasarlo
por la llama de una vela o
una hoguera mientras que visualizamos cómo la energía negativa se transforma en
fuego, dejando el objeto limpio.
Tierra:
Para limpiar mediante la
Tierra, se puede poner el objeto junto a una planta
o enterrado en el jardín
mientras pensamos en cómo la tierra absorbe todas las energías negativas.
Aire:
Si es un día ventoso, se
puede exponer el objeto a la fuerza de éste mientras visualizamos cómo se lleva
el viento las energías negativas, pero también se puede realizar exponiendo el
objeto al humo del incienso.
Consagrar
El objetivo de consagrar
un objeto es hacer que pase a ser de un objeto normal y corriente a un objeto
mágico.
Mediante la consagración,
se le dota de poder, se transforma en un objeto sagrado.
Así, si tomamos una copa,
en principio es sólo una copa, pero tras consagrarla la habremos transformado
en un cáliz para la magia.
Para ello podemos decir:
"Yo te consagro como un cáliz para la magia".
Dedicar
Una vez limpio y
consagrado, procederemos a dedicar el objeto en cuestión.
Se puede dedicar de dos formas:
Diciendo la función del
objeto, cómo queremos que actúe, o para qué lo queremos utilizar:
"Tú servirás para
beber la bebida sagrada en los rituales...".
Diciendo a qué deidad lo
dedicamos:
"Escudo sagrado, yo
te dedico al servicio de la diosa Atenea...".
Cargar
Para terminar, podemos
cargar el objeto con energía nueva y limpia, por lo que podemos cargarlo con energía de
alguno de los cuatro elementos:
Para cargar un objeto con
el Agua, se puede dejar sumergido en una zona de agua limpia, como un río, el
mar, o simplemente agua mineral.
Para cargar un objeto con
el fuego, podemos colocarlo cerca de una vela u hoguera hasta que ésta se
consuma, o dejarlo expuesto al sol.
Para llenar un objeto con
energía procedente de la Tierra, podemos colocarlo junto a una planta grande, o
enterrarlo en el jardín.
Si queremos cargarlo con
el Aire, podemos exponerlo al humo del incienso.
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