viernes, 26 de julio de 2019

LOS ELEMENTALES Y LOS RITUALES




Siempre, siempre, siempre llama a los Guardianes de los Elementos cuando hagas un ritual.
Los mismos son fuerzas cósmicas muy poderosas representadas por seres vivientes invisibles al ojo común y constituyen una verdadera fuente de poder. A estas entidades se les solicita ayuda en forma permanente y conviene con ellas entablar amistad, pues son muy sensibles y sutilmente vengativas con quienes causan daño a la naturaleza.

 Estos espíritus de la naturaleza han sido tema de estudio desde los albores de la humanidad y las teorías sobre ellos varían según las filosofías. Por un lado tenemos a los herméticos tradicionales que recogen las primeras creencias y fuentes de información, incluyendo a las religiones animistas y sus rituales paganos. Por otro lado a los metafísicos filosóficos que estudian el elemento mas que lo practican y se centran en cosmogonías abarcando incluso lo poco obtenido de la parapsicología científica. Por último y quizá la más abundante de todos, que es la tradición popular, con sus cuentos leyendas y tradiciones y su magia casera, que si bien es fantasía siempre se originan en un principio de verdad.

LA TRADICIÓN ESOTÉRICA


La definición de la tradición esotérica es que “..los elementales son espíritus de la región infraastral que representan a ciertos elementos de los cuales los más importantes son aquellos que forman el planeta Tierra”.
Estos seres se alimentan de la vibración o energía de los elementos.
El planeta está formado por 4 energías, y por consiguiente, cada una tiene su grupo de elementales que adquieren forma humana para ser comprendidos por nuestra mente cuando los podemos ver.
Esto significaría que son las potencias inteligentes que rigen y coordinan cada elemento.

La Cosmogonía dice que habitan el planeta desde mucho antes de la creación del hombre, y que cuando la Tierra solo era una masa incandescente e inanimada, los elementales estaban presentes como ayudantes de los espíritus superiores en la construcción y ordenamiento del planeta.
Esto me parece evidente, toda vez, que en el momento en que surge un elemento se genera una vibración y la consecuencia es el elemental.
Están conectadas con la magia perfectamente estructurada y jerarquizada, como todo en el Cosmos.

Citando en ejemplos prácticos:
¿Alguna vez hemos penetrado en un bosque sintiéndonos observados por mil ojos invisibles?, o, ¿Hemos rehuido instintivamente a sentarnos en una piedra del borde de un camino para buscar otra mucho mas alejada?.
¿ Has tropezado y caído de bruces sobre un charco de agua ?.
Ciertamente, es habitual en muchísimos casos, pero también nos hemos sentido invadidos de paz y serenidad al mirar en el fondo del estanque silencioso a los pies de un sauce, e incluso en determinados casos hemos sentido una inquietud o un malestar a la vista de un viejo árbol retorcido, o una gruta escondida entre la maleza del bosque, o cuando menos, nuestra propia inseguridad ha aumentado en esos momentos.
¿Cuál es la razón?, sencillamente porque son vibraciones armónicas o disarmonicas con nosotros.
Deberemos reconocer que si el elemento en si produjera ese efecto, la sensación seria globalizada para todos nosotros cada vez que nos aproximáramos al lugar.
Pero por el contrario, no es así, sino algo más profundo; es como una emanación que surge de la piedra y que nos atrae o nos repele sin causa aparente.
Pues bien, eso es efecto del elemental. Podríamos decir que el elemental es el alma (o la potencia) del elemento.

Tanto las religiones panteístas, que consideran que todo está animado por un alma, como los chamanes de todas las partes del mundo, han bautizado por esa razón a los elementales como los espíritus de la naturaleza, y los invocan bajo el nombre del espíritu del agua , de fuego del aire de la tierra, y dentro de ello también les habremos oído hablar del espíritu de la montaña, del árbol, del rio.
Esto es una parte de la que se compone la Magia elemental, en la que se utilizan los elementos como Materia prima representante de una potencia superior: los Elementales naturales.
Aún hay otro tipo de elementales llamados artificiales, pero eso corresponde a alta Magia y nosotros no los vamos a tratar aquí.
Desde este momento ya queremos comenzar advirtiendo: la Magia Elemental no es un juego.
En si contiene un poder muy fuerte, y el hecho de que los veamos o representemos en graciosos enanos o delicadas hadas, no implica que sea ni ingenuo ni divertido, y mucho menos inocuo.
Una cosa es conocer la potencia y utilizarla en caso necesario, igual que utilizamos o llamamos a los ángeles, con seriedad y respeto y otra jugar a mago. Así pues cuidado, las consecuencias pueden ser nefastas.


LA METAFISICA FILOSOFICA
Para los humanos muy dados a “cotejar científicamente las experiencias” el mundo de los elementales tiene desde siempre un aire misterioso y mitológico o fantástico; pero sabios de otros tiempos no los consideraban así.
Tenemos el caso Teofrastus Bombastus Von Hohenheim (*) llamado Paracelso, que en Europa en el siglo XVI, escribió una enorme cantidad de obras de tipo alquímico, medico, filosófico y teológico.

En su obra “El libro de las Ninfas, los Silfos, los Pigmeos, las Salamandras y demás espíritus” publicado en 1591, dice :
 Los Elementales, no pueden clasificarse entre los hombres, porque algunos vuelan como los espíritus; no son espíritus, por que comen o beben como los hombres.
El hombre tiene un alma que los espíritus no necesitan, los elementales no tienen alma, y sin embargo no son semejantes a los espíritus, estos no mueren y aquellos si mueren.”. Esta obra fue claramente la inspiradora de los cuentos de los hermanos Grimm asi como a Goethe y R. Heine, entre otros.

Por otro lado el concepto Elemental aparece en todas las cosmogonías como seres reales, formando parte de los orígenes de la tierra y no como cuentos.
La mitología griega está llena de, ondinas, elfos, con pasiones y emociones al más puro estilo humano. Pero además es curioso observar, que en todas las culturas desde los albores de la antigüedad, y de manera idéntica, los elementales fueron representados por pueblos tan distantes como los sumerios, los caldeos, los egipcios, los chinos, los pueblos indígenas de África, Polinesia y América. Los dibujos de sus figuras, son casi idénticas, ya sea en Europa del siglo XV, o en la India misteriosa y mágica 2000 años antes de Cristo, e incluso hoy en día.

Quizás si tomáramos más conciencia que cada elemento es algo vivo que contiene un alma, una energía, una vibración llamada elemental nos volveríamos más respetuosos con la naturaleza, lo que redundaría en beneficio de la madre Gaia y por ende en todos nosotros.

Un ejemplo bastante conocido son los Nagas.
                                                              
Los tibetanos llaman así a los espíritus que moran en la naturaleza.
Algunos de ellos pueden dañar nuestra salud por lo que recomiendan no realizar determinados trabajos en unos días concretos del año en que los lamas astrólogos han fijado previamente, de acuerdo a las posiciones de los astros y complicados cálculos -muy parecidos por cierto a los de los antiguos mayas- a fin de evitar que los Nagas debiliten nuestro cuerpo predisponiéndolo a enfermedades.
El budismo contiene entre sus prácticas espirituales, determinados  mantras para calmar a estos espíritus, o para evitar interferencias de ellos.

Los elementales tienen su parte más densa o “cuerpo” en el Plano Energético, pudiendo en condiciones favorables reflejar hasta cierta corporeidad en las zonas etéricas. Asimismo los herméticos tradicionales los situaban en el infraastral, o zona intermedia entre el etérico y el denso de tierra. Un elemental no pertenece a la cadena evolutiva, por consiguiente no tiene sentido del bien del mal y son puramente duales.


LA CREENCIA POPULAR
Los representa de formas humanas, a fin de que podamos reconocerlos, y no porque esa sea su forma real, pero nos encanta saber que hay unos seres diminutos escondidos entre los helechos, o que en el chisporroteo del fuego las salamandras saltan y juguetean con las llamas.
Entre los elementales los hay colaboradores con el hombre, eruditos, y estudiosos pero también socarrones, bromistas y gruñones. Caras hermosas etéreas con cuerpos lindísimos y otros de formas grotescas, que al igual que entre los humanos, se agrupan en una variedad de razas ocupando su territorio etérico.
Decimos que son los guardianes de los bosques, del Fuego, de la Tierra del Agua y el Aire porque como hemos visto antes realmente contienen la esencia primordial de su propio elemento.
Estos misteriosos entes, eran amados y temidos al mismo tiempo, ya que tanto beneficiaban como perjudicaban. Son eternos niños de la naturaleza, tienen un tipo de vibración muy rápida y eléctrica, que les permite trasladarse de un lugar a otro a la velocidad de la luz.
Deducimos pues que son es mucho más rápidos que nosotros y por lo tanto sus formas son más inestables. Cuando su vibración se relantiza y solamente durante el tiempo que dure esa frecuencia de vibración, son Visible al ojo humano.
La corporeizacion de un elemental se puede producir, bien por factores naturales originados en la fuerza de energía de la zona, o bien por la voluntad de quien quiera verlos, voluntad que ha de ser fuerte pero no agresiva, pues cualquier inestabilidad en ella repercute en los Espíritus de la Naturaleza y los ahuyenta hacia sus “refugios” energéticos y a los juegos ópticos propios de su extraordinario poder para disimularse en los mismos elementos que habitan.
Los mag@s, brujos y druidas en las religiones animistas les respetaban mucho, y les hacían ofrendas; el éxito o fracaso del ritual dependían parte de que el elemental se sintiera complacido o no con las prebendas.
Los que en la magia trabajan con elementos los invocan antes de cada ritual en la creación del círculo, y les dan las gracias al final.

Hemos buscado las invocaciones y creado unas tablas básicas para aquellos que quieran experimentar con los elementales. Pero tener cuidado.
Esto no es una novela de ciencia-ficción, ni una fábula para relatar en la noche a la luz de la lumbre. Es una realidad, los veamos o no y utilizar mal esta energía puede tener consecuencias dañinas. Hablamos de elementos y sus potencias, que desatados son grandes destructores de la humanidad…y eso si lo hemos visto muchísimas veces. Si se invoca a un elemental, tener por seguro que acudirá, y si no tiene su compensación la tomara el mismo, así pues, mejor no jugar con fuego, podemos quemarnos.



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