Siempre, siempre, siempre llama
a los Guardianes de los Elementos cuando hagas un ritual.
Los mismos son fuerzas
cósmicas muy poderosas representadas por seres vivientes invisibles al ojo
común y constituyen una verdadera fuente de poder. A estas entidades se les
solicita ayuda en forma permanente y conviene con ellas entablar amistad, pues
son muy sensibles y sutilmente vengativas con quienes causan daño a la
naturaleza.
LA TRADICIÓN ESOTÉRICA
La definición de la
tradición esotérica es que “..los
elementales son espíritus de la región infraastral que representan a ciertos
elementos de los cuales los más importantes son aquellos que forman el planeta
Tierra”.
Estos seres se alimentan
de la vibración o energía de los elementos.
El planeta está formado
por 4 energías, y por consiguiente, cada una tiene su grupo de elementales que
adquieren forma humana para ser comprendidos por nuestra mente cuando los
podemos ver.
Esto significaría que son las potencias inteligentes que rigen
y coordinan cada elemento.
La Cosmogonía dice que
habitan el planeta desde mucho antes de la creación del hombre, y que cuando la
Tierra solo era una masa incandescente e inanimada, los elementales estaban
presentes como ayudantes de los espíritus superiores en la construcción y ordenamiento
del planeta.
Esto me parece evidente,
toda vez, que en el momento en que surge un elemento se genera una vibración y
la consecuencia es el elemental.
Están conectadas con la magia perfectamente estructurada y
jerarquizada, como todo en el Cosmos.
Citando en ejemplos prácticos:
¿Alguna vez hemos
penetrado en un bosque sintiéndonos observados por mil ojos invisibles?, o,
¿Hemos rehuido instintivamente a sentarnos en una piedra del borde de un camino
para buscar otra mucho mas alejada?.
¿ Has tropezado y caído de
bruces sobre un charco de agua ?.
Ciertamente, es habitual
en muchísimos casos, pero también nos hemos sentido invadidos de paz y
serenidad al mirar en el fondo del estanque silencioso a los pies de un sauce,
e incluso en determinados casos hemos sentido una inquietud o un malestar a la
vista de un viejo árbol retorcido, o una gruta escondida entre la maleza del
bosque, o cuando menos, nuestra propia inseguridad ha aumentado en esos
momentos.
¿Cuál es la razón?,
sencillamente porque son vibraciones armónicas o disarmonicas con nosotros.
Deberemos reconocer que si
el elemento en si produjera ese efecto, la sensación seria globalizada para
todos nosotros cada vez que nos aproximáramos al lugar.
Pero por el contrario, no
es así, sino algo más profundo; es como
una emanación que surge de la piedra y que nos atrae o nos repele sin causa
aparente.
Pues bien, eso es efecto
del elemental. Podríamos decir que el elemental es el alma (o la potencia) del
elemento.
Tanto las religiones
panteístas, que consideran que todo está animado por un alma, como los chamanes
de todas las partes del mundo, han bautizado por esa razón a los elementales como los espíritus de la
naturaleza, y los invocan bajo el nombre del espíritu del agua , de fuego
del aire de la tierra, y dentro de ello también les habremos oído hablar del
espíritu de la montaña, del árbol, del rio.
Esto es una parte de la
que se compone la Magia elemental,
en la que se utilizan los elementos como Materia prima representante de una
potencia superior: los Elementales naturales.
Aún hay otro tipo de
elementales llamados artificiales, pero eso corresponde a alta Magia y nosotros
no los vamos a tratar aquí.
Desde este momento ya
queremos comenzar advirtiendo: la Magia
Elemental no es un juego.
En si contiene un poder
muy fuerte, y el hecho de que los veamos o representemos en graciosos enanos o
delicadas hadas, no implica que sea ni ingenuo ni divertido, y mucho menos
inocuo.
Una cosa es conocer la
potencia y utilizarla en caso necesario, igual que utilizamos o llamamos a los ángeles,
con seriedad y respeto y otra jugar a mago. Así pues cuidado, las consecuencias
pueden ser nefastas.
LA METAFISICA FILOSOFICA
Para los
humanos muy dados a “cotejar científicamente las experiencias” el mundo de los
elementales tiene desde siempre un aire misterioso y mitológico o fantástico;
pero sabios de otros tiempos no los consideraban así.
Tenemos el caso Teofrastus
Bombastus Von Hohenheim (*) llamado Paracelso, que en Europa en el siglo XVI,
escribió una enorme cantidad de obras de tipo alquímico, medico, filosófico y teológico.
En su obra “El libro de
las Ninfas, los Silfos, los Pigmeos, las Salamandras y demás espíritus”
publicado en 1591, dice :
“Los
Elementales, no pueden clasificarse entre los hombres, porque algunos vuelan
como los espíritus; no son espíritus, por que comen o beben como los hombres.
El hombre tiene un alma que los espíritus no necesitan, los
elementales no tienen alma, y sin embargo no son semejantes a los espíritus,
estos no mueren y aquellos si mueren.”. Esta obra
fue claramente la inspiradora de los cuentos de los hermanos Grimm asi como a
Goethe y R. Heine, entre otros.
Por otro lado el concepto Elemental aparece en todas las cosmogonías
como seres reales, formando parte de los orígenes de la tierra y no como
cuentos.
La mitología griega está
llena de, ondinas, elfos, con pasiones y emociones al más puro estilo humano.
Pero además es curioso observar, que en todas las culturas desde los albores de
la antigüedad, y de manera idéntica, los elementales fueron representados por
pueblos tan distantes como los sumerios, los caldeos, los egipcios, los chinos,
los pueblos indígenas de África, Polinesia y América. Los dibujos de sus
figuras, son casi idénticas, ya sea en Europa del siglo XV, o en la India
misteriosa y mágica 2000 años antes de Cristo, e incluso hoy en día.
Quizás si tomáramos más conciencia que cada elemento es algo
vivo que contiene un alma, una energía, una vibración llamada elemental nos volveríamos
más respetuosos con la naturaleza, lo que redundaría en beneficio de la madre
Gaia y por ende en todos nosotros.
Un ejemplo bastante
conocido son los Nagas.
Los tibetanos llaman así a
los espíritus que moran en la naturaleza.
Algunos de ellos pueden
dañar nuestra salud por lo que recomiendan no realizar determinados trabajos en
unos días concretos del año en que los lamas astrólogos han fijado previamente,
de acuerdo a las posiciones de los astros y complicados cálculos -muy parecidos
por cierto a los de los antiguos mayas- a fin de evitar que los Nagas debiliten
nuestro cuerpo predisponiéndolo a enfermedades.
El budismo contiene entre
sus prácticas espirituales, determinados
mantras para calmar a estos espíritus, o para evitar interferencias de
ellos.
Los elementales tienen su
parte más densa o “cuerpo” en el Plano Energético, pudiendo en condiciones
favorables reflejar hasta cierta corporeidad en las zonas etéricas. Asimismo los herméticos tradicionales los situaban
en el infraastral, o zona intermedia entre el etérico y el denso de tierra.
Un elemental no
pertenece a la cadena evolutiva, por consiguiente no tiene sentido del bien del
mal y son puramente duales.
LA CREENCIA POPULAR
Los representa de formas
humanas, a fin de que podamos reconocerlos, y no porque esa sea su forma real,
pero nos encanta saber que hay unos seres diminutos escondidos entre los
helechos, o que en el chisporroteo del fuego las salamandras saltan y juguetean
con las llamas.
Entre los elementales los
hay colaboradores con el hombre, eruditos, y estudiosos pero también
socarrones, bromistas y gruñones. Caras hermosas etéreas con cuerpos lindísimos
y otros de formas grotescas, que al igual que entre los humanos, se agrupan en
una variedad de razas ocupando su territorio etérico.
Decimos que son los guardianes de los bosques, del Fuego, de
la Tierra del Agua y el Aire porque como hemos visto antes realmente contienen
la esencia primordial de su propio elemento.
Estos misteriosos entes,
eran amados y temidos al mismo tiempo, ya que tanto beneficiaban como
perjudicaban. Son eternos niños de la naturaleza, tienen un tipo de vibración
muy rápida y eléctrica, que les permite trasladarse de un lugar a otro a la
velocidad de la luz.
Deducimos pues que son es
mucho más rápidos que nosotros y por lo tanto sus formas son más inestables.
Cuando su vibración se relantiza y solamente durante el tiempo que dure esa
frecuencia de vibración, son Visible al ojo humano.
La corporeizacion de un elemental se puede producir, bien por factores naturales originados en la fuerza de
energía de la zona, o bien por la voluntad de quien quiera verlos, voluntad que
ha de ser fuerte pero no agresiva, pues cualquier inestabilidad en ella
repercute en los Espíritus de la Naturaleza y los ahuyenta hacia sus “refugios”
energéticos y a los juegos ópticos propios de su extraordinario poder para
disimularse en los mismos elementos que habitan.
Los mag@s, brujos y druidas en las religiones animistas les
respetaban mucho, y les hacían ofrendas; el éxito o fracaso del ritual
dependían parte de que el elemental se sintiera complacido o no con las
prebendas.
Los que en la magia trabajan con elementos los invocan antes
de cada ritual en la creación del círculo, y les dan las gracias al final.
Hemos buscado las
invocaciones y creado unas tablas básicas para aquellos que quieran
experimentar con los elementales. Pero tener cuidado.
Esto no es una novela de
ciencia-ficción, ni una fábula para relatar en la noche a la luz de la lumbre.
Es una realidad, los veamos o no y utilizar mal esta energía puede tener
consecuencias dañinas. Hablamos de elementos y sus potencias, que desatados son
grandes destructores de la humanidad…y eso si lo hemos visto muchísimas veces.
Si se invoca a un elemental, tener por seguro que acudirá, y si no tiene su
compensación la tomara el mismo, así pues, mejor no jugar con fuego, podemos
quemarnos.
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