"Aun cuando hay dos formas
naturales de “curarse” -y ambas han sido usadas por hombres y mujeres desde
épocas inmemoriales- yo prefiero la cura con viento.
Sube a la silla y cuando estés allí,
fuera de tu campo de visión habitual, de tu ensimismamiento y dejes de
mirar-sentir desde tu ego herido solo basta dejarse abrazar por el viento;
puedes hablar con él o simplemente dejar que se lleve todo aquello que ya
no deseas en tu vida, tu cuerpo sabrá lo que debe hacer pues la cura de los
“males modernos” viene en tu memoria genética, lo demás es cosa del viento.
La otra cura es con la tierra, pies
descalzos y ambas manos metidas en ella; ya que tus manos estén completamente
cubiertas entrégale a la tierra lo que ya no quieres tener dentro de ti.
La naturaleza siempre ocupó un lugar
primordial y sagrado para las culturas ancestrales. Prefiero bañarme de viento
que consumir un antidepresivo porque no se trata de dormir las emociones
negativas sino de dejarlas ir…
Decía Don Juan Matus que las mujeres
somos vientos y así como hay cuatro vientos (norte, sur, este y oeste) habemos
cuatro tipos de mujeres.
Yo digo que habemos Mujeres que llevamos los Cuatro Vientos dentro…"
Yo digo que habemos Mujeres que llevamos los Cuatro Vientos dentro…"
Autora: Paola Klug
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