"El Tarot
permite conectarse con algo que se nos escapa y que hemos olvidado.
De hecho el
Tarot sólo confirma lo que nosotros ya sabemos pues somos nosotros quienes
decidimos.
El Tarot es un
medicamento de la memoria. El Tarot nos ayuda a comprender nuestra vida, sus
etapas, sus pruebas, su sentido. Muy a menudo, el Tarot habla espontáneamente a
quien le hace una pregunta, y el tarologo, volviéndose
intérprete transparente, está que para recordarnos que es posible. Este
encuentro con El Tarot permite iniciar un momento privilegiado en el que
estamos, de una manera más aguda que de costumbre a la escucha, pues nos vemos
confrontados a interrogaciones que han quedado sin respuesta. De un golpe,
damos paso a lo Sagrado en nuestra vida y es eso es lo importante.
"¡Llamad y se os abrirá!". El Tarot es una Puerta que nos da paso a
otro universo. Un universo en el que nosotros nos interesamos por nosotros
mismos.
Nos volvemos "santos" cuando interrogamos al Tarot pues nos
recordamos que existimos. Somos algo más que esa identidad social reducida en
la que, demasiado a menudo, nos volvemos. Somos criaturas creadoras capaces de
mucho mediante la intervención de nuestro libre-albedrio individual.
El
tarologo tiene una responsabilidad sagrada. Es quizás el iniciador de un
momento. Debe borrarse ante la Presencia. Debe volverse impersonal sólo en
apariencia y ser casi nada. ¡Entonces la respuesta asomará a la superficie de
la conciencia!
La Realidad aparecerá entonces de nuevo ante los ojos del
consultante y disipará la ilusión que oscurecía su alma.”
Autor:Philippe
Camoin
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