Amar y ser amado felizmente es uno de los grandes desafíos que hombres y mujeres de todos los tiempos acometen en sus vidas.
De hecho, la
mayoría de las consultas que se hacen en las salas de astrólogos, tarotistas y
psiquiatras son acerca de relaciones amorosas.
Debido a ello, la psiquiatra
estadounidense Linda Georgian, decidió escribir un libro con todas las claves
para ayudar a las personas a atraer a su pareja ideal.
En su opinión,
todos podemos lograr el amor que anhelamos, pero no es cuestión de suerte o
magia, sino de estar bien preparados.
Hay, según
Georgian, una serie de leyes invisibles que ayudan a atraer el alma gemela y
conservarla. Y estas leyes se rigen básicamente por cuatro principios:
-*El primero es el de "amarse uno mismo"*, para que el amor pueda materializarse en el exterior. A veces es tan grande el temor que tenemos de que nos rechacen los otros que terminamos rechazándonos a nosotros mismos. También hemos de conocernos y profundizar en nuestras creencias. Si se desconfía de la propia capacidad para atraer la pareja ideal es difícil que se consiga. Lo mismo ocurre si no se cree en el amor ideal.
-*El primero es el de "amarse uno mismo"*, para que el amor pueda materializarse en el exterior. A veces es tan grande el temor que tenemos de que nos rechacen los otros que terminamos rechazándonos a nosotros mismos. También hemos de conocernos y profundizar en nuestras creencias. Si se desconfía de la propia capacidad para atraer la pareja ideal es difícil que se consiga. Lo mismo ocurre si no se cree en el amor ideal.
-*El segundo principio rige la ley de la atracción e implica "ser conscientes de lo que se quiere y de lo que se necesita en una relación"*. Para ello hay que hacer una lista de las cualidades que se esperan hallar en la pareja ideal: ¿Qué virtudes aprecias más?¿Qué defectos no soportarías? No olvides incluir cualidades imprescindibles como la disponibilidad física y sentimental o la capacidad de demostrar su afecto. ¿De qué te sirve alguien que nunca tiene tiempo para estar contigo o que es frío como el hielo? Este ejercicio ayuda a ser más selectivo al conocer a alguien nuevo, y a visualizar la imagen de la persona que se desea atraer. Por último, piensa que aunque los polos opuestos se atraen, es necesario también compartir con la otra persona un estilo de vida similar, no en vano otra ley de la magia dice que "lo semejante atrae lo semejante".
- Si estás pidiendo al universo vivir el amor de tu vida, es probable que al
principio tengas algunas relaciones que no sean ni felices ni definitivas; sin
embargo, ellas serán muy importantes para que puedas resolver miedos e
inseguridades. Pero es necesario también saber cómo terminar con una relación
que no nos aporta nada. Y aquí es donde entra el *tercer principio: "romper con equilibrio"*. Hay personas
que se aferran a relaciones dañinas porque creen que ruptura es igual a
fracaso; otras continúan por miedos inexplicables. Pero lo cierto es que si tu
intuición empieza a decirte que algo no va bien, y continuamente intentas
justificar porqué sigues con una persona, es mejor que lo dejes correr.
Pregúntate: sí
realmente me quiero, ¿por qué deseo estar con una persona que no siente lo
mismo por mí? Dejar ir aquello que no puedes cambiar es liberador y te prepara
para encuentros más positivos. Pero rompe bien, con equilibrio, enviando luz en
lugar de rencor a la persona que dejas o te deja, de lo contrario la siguiente
relación reproducirá el mismo problema.
-*El cuarto principio consiste en "conservar el amor"* cuando se halla, quizá lo más difícil, teniendo en cuenta que
siempre hay ciclos menos románticos y cariñosos que otros. Algunas cosas que
toda pareja debería practicar, al menos una vez a la semana, para mantener vivo
el amor son: valorar el amor que el otro le da, agradecérselo con frases
románticas; tomar un baño con velas juntos; darse un masaje no erótico;
preparar una fiesta solo para los dos; decir las cosas que nos gustan del otro,
y sobre todo no asumir nunca que el otro debe hacer algo, sino tener siempre el
respeto y la amabilidad de pedírselo.
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