Algo que pocos saben y los
que lo saben lo olvidan es que: absolutamente todo tiene vida. Como todo es
primero una idea, luego una visión mental, al unirse a un sentimiento se forma
la creación que se manifestará y materializará a la larga, tarde o temprano.
Desde que nace la idea hasta que la veas manifestada, se usa energía, que no es
otra cosa que Vida inteligente.
Por consiguiente, a todo, absolutamente a todo
se le llama en metafísica: Entidad. Una Entidad está viva, oye, siente y
responde; no existe lo inanimado. Es Energía, así esté estático, inmóvil; es
una entidad sin raciocinio pero que obedece al impulso que la creó.
Dice el maestro Koot Hoomi
– Instructor Mundial – que *el Espíritu
de la Casa, o sea el Hogar de cada uno, es una entidad viviente, respirante,
con una conciencia y una evolución propias, controlada y afectada por las vidas
que moran dentro de su aura*.
Es un espíritu elemental,
por supuesto; pero es de la misma raza de las fuerzas elementales que gobiernan
nuestros cuerpos, y perteneciente a los Cuatro Elementos: Aire, Agua, Fuego y
Tierra. Estos son impresionables y
asumen las cualidades y características de la energía individual nuestra,
derramada en nuestras casas y que calificamos con nuestra voluntad y
respiración.
En el mismo momento cuando
se forma el diseño o proyecto de su primera morada en la mente de un ser
humano, por más simple o sencilla que sea, en ese mismo instante, el Poder
Divino, que provee esa idea, procura un espíritu elemental para que se
constituya en presencia protectora y guardián de esa manifestación.
¿No has sentido tú la
vibración de las casas donde entras?. Si no lo has notado, comienza a darte
cuenta. Aquellos donde ha ocurrido una tragedia, emana una expresión lúgubre.
Allí donde hay un moribundo se siente el
vaho de la muerte. En cambio, hay casas que exhalan alegría, simpatía y de
donde es difícil substraerse o despedirse.
Es muy provechoso amar tu
casa. Bendecirla, alabarla enumerando sus ventajas y comodidades. Una práctica
maravillosa es la de decir a menudo: *«BENDIGO
TODOS LOS GRANOS DE ARENA, TODOS LOS ÁTOMOS DE MADERA, TODOS LOS HILOS DE SEDA,
COPOS DE ALGODÓN Y MOLÉCULAS METÁLICAS QUE TE COMPONEN, MI CASA QUERIDA. TE
AGRADEZCO EL TECHO QUE ME PROTEGE Y EL CONFORT QUE ME PROPORCIONAS. TE LLENO DE
LUZ, TE RODEO DE LA LLAMA ROSA PARA QUE TODO EL QUE SE ACERQUE SIENTA EL AMOR
DIVINO Y PIERDA TODOS DESEO DE DAÑAR LA PROPIEDAD AJENA».*
Autor: Andrea Somosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario