En el universo de las almas
existe una familia especial: la de las hadas alquimistas. Estas almas *se
encarnan en el planeta Tierra para espiritualizar la materia*. Algunas de ellas, están muy cerca de los Ángeles porque, aunque
pertenezcan al núcleo de su familia, no son muy densas.
Al contrario, son bastante
ligeras y se pasan la vida revoloteando como las
mariposas. *Les cuesta mucho integrar
su envoltura física y suelen resistirse a la encarnación*.
En el ámbito de la experiencia
física *gozan del don de desmaterializar todo lo que tocan*.
Podrían atravesar las paredes con
la envoltura física lo cual explica sus problemas con las llaves o los
picaportes de las puertas, ya que olvidan que no las necesitan. *Espiritualizan
todo lo que tocan y elevan
automáticamente su vibración*.
Ante una densidad, actúan mediante la difusión de ondas que emanan de su
cuerpo, y esto nada más encarnarse, desde la más temprana infancia.
Estas almas dan la impresión de
estar en la luna, como ausentes, igual que la imagen que tenemos
de las hadas. Han elegido encarnarse no porque les guste la densidad, en
absoluto.
Han venido porque *su presencia contribuye a
transmutar la materia*.
Podríamos decir que son auténticos transformadores vivientes.
Su capacidad de volatilizar
cantidad de cosas sin siquiera darse cuenta de ello hace que tengan la sensación de perderlo
todo.
Les parece estar arraigadas cuando, de hecho, están volando y les cuesta
delimitar lo que va arriba y lo que va abajo. Su principal dificultad, al encarnarse, reside
precisamente en eso, en encarnarse. Si consiguen conocerse mejor y
saber quiénes son, pueden aplicar su poder y utilizarlo en la sanación, en la comunicación, en todos los oficios y
profesiones del mundo.
*Pueden transmutar todo lo que
está a su alrededor, lo cual significa enfocarse en un estado vibratorio y
activarlo* de tal manera que pierda su identidad para fundirse con el principio
divino.
*El amor es la clave
definida de la transmutación*.
Son las encargadas de
transmitirnos la siguiente enseñanza telepática verbal y oralmente: *“¡Despertad,
queridas almas, pues podéis espiritualizar la materia!”* Esta es la razón de su existencia y esta es su
identidad real.
Son personas que tienen mucho a
la fantasía y buscar lo bonito en lo denso, lo monótono y cotidiano las hastía.
Son muy sensibles y *tienen una gran necesidad y capacidad de amar*, tanto, que
cuando les falta o reciben del mundo incomprensión, sienten la necesidad de no estar
aquí y les cuesta conectar con Tierra. Necesitan de muchas horas al día de
descanso reparador y sueño profundo, pues pasan casi la mitad del tiempo en
otros mundos. *Son transmutadores por naturaleza y tienen de dulcificar el
ambiente allí donde estén*, cuando están bien, y eso les lleva a ser el centro
de atención; pero, cuando están mal o desalineados, son capaces de cambiar la
energía a todo el que esté cerca a esa frecuencia.
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